viernes, 17 de noviembre de 2023

Aufhebung II




Conservar las suaves notas de un perfume, el tibio sonido de alguna palabra que dicha al pasar no tiene mas peso que una pluma entregada a la brisa matinal de noviembre, pero que pesará como metal frio en un corazón descuidado. Permitirse recordar con alegría cada viaje y cada charla sobre cosas sin importancia (y sobre cosas que no pueden ser mas importantes). No resistirse a extrañar un buen día o un hasta mañana, no luchar contra la persistencia de un sentimiento que el tiempo, tarde o temprano, convertirá en un lejano susurro desteñido.

Suprimir aquella amargura de un maldito adiós anticipado, dejar ir lo que es como agua entre los dedos. Olvidar el momento en que las palabras abrieron en canal la carne de lo que ayer fue una herida y hoy solo una rugosa cicatriz. Dejar de lado la culpa y la obstinación por querer que todo salga como deseamos.

Superar esa ausencia que amenaza con ocuparlo todo, comprender que el amor propio debe ser el mas propio de los amores. Entender que nada ni nadie ha venido con nosotros y que nada ni nadie se ira con nuestra partida. Seguir mirando ese horizonte como la utopía solo se aleja para que podamos perseguirla y seguir caminando, sin pisar nuestras huellas, sin cargar con la pesada mochila de lo que no fue.

lunes, 6 de noviembre de 2023

Ilógico


Miraba el techo tratando de adivinar formas en la penumbra, una suave luz que ingresaba por la ventana era todo lo que necesitaba para perderse entre las formas de las volutas de humo que se dibujaban en el aire y cuyo origen era ese cigarrillo del insomnio que daba forma a sus pensamientos.

Qué hacer cuando no depende de vos? donde ir cuando uno no puede moverse?

Cortaba el hilo de sus evocaciones con los ruidos de una calle transitada aun a estas horas de la madrugada. 

Una pitada más, una voluta más, un minuto en el que reinaba el silencio y otra vez al ruido de su propia voz interna que le decía lo que no quería escuchar. 

No hay donde avanzar, es un camino sinuoso sin salida. Las vueltas solo cansan, las vueltas solo ponen en su pecho preguntas cuya respuesta es la misma puñalada que siente cada vez que ese perfume o una mirada rompe con todo el valor que creía tener. Entendió que de nada sirve la valentía en ciertas cosas, y que la cobardía no tiene lugar en otras. También entendió que en los asuntos que ocupaban su consciencia esta noche, ninguno de estos opuestos eran armas para enfrentar lo que estaba comenzando a encarar. 

Sabía que las palabras en su cabeza se desdibujaban por memorias o anhelos que no formaban parte de su realidad. Y ahí radicaba el problema, y es que la realidad que a veces intentaba ignorar era en la que estaba sumido y era la que le decía a cada momento que nada es como queremos, las cosas son solo como son. El destino no existe. No hay nada escrito de antemano, pero (siempre hay un pero) solo podemos escribir lo nuestro.No podemos escribirle el guion a nadie. Los otros habitantes de este círculo no son vos, son ellos, son otros, otras inquietudes, otros gustos, otros placeres, otros ojos que ven tal vez otra realidad.

Se incorporó decidido. Se dispuso a escribir, tenía que anclar las palabras para que no huyeran en una voluta efímera y se encontró con que no hay nada más inmenso que una hoja en blanco. Aun así se encomendó a la tarea de volcar las letras que lo ayudaran a apaciguar la amargura. Evocó recuerdos y momentos, intento encontrar las conexiones, de mitigar las diferencias, intentó sin éxito buscarle explicación a cosas que parecían escapar de toda lógica. Busco en su razonamiento una forma de ordenar las desparejas líneas que manaban de ese orbe difuso que tantas veces había sido su luna. Tomó las piezas de este rompecabezas, las comparó, las desechó, las volvió a poner una al lado de la otra. No tenia forma, no respondía a ninguna silueta razonable y entonces, de repente, y mientras se preparaba a encender otro vicio gris, lo vió. Lo entendió y se presentó ante él tan claro e inmenso que se maldijo por no haberlo visto antes. Estaba buscando razones en un pozo que no se había llenado con la cabeza, sino con latidos.

Comprendió que lo mas difícil es aceptar que sabes, que no es lo que queres, sino lo que es. De nuevo no supo que hacer, congelado en la cálida noche de noviembre. Lo tentó el bosquejo de una huida, de mirar para otro lado, de no sentir. Pero no se puede no sentir, no tenemos control sobre algo tan grande. Estúpido de él, tratando de nadar contra mil corrientes con solo dos brazos cansados y una cabeza embotada. Estúpido de mi queriendo escribir lo que no entiendo como sentir


martes, 31 de octubre de 2023

Por que me preguntas?






Como perdonar lo que no carga con la culpa?
Como pedir lo que no es tuyo?
Como sentirse lejos de lo que nunca estuvo cerca?
Donde estabas cuando estabas en tu lugar?
Donde esta el contrato que rubrica que hay una deuda?
Donde queres llegar si nunca empezaste?
Por que seria equivocado si no es tu decisión?
Por que huele a traición si nunca tuvo perfume a nada?
Por que sentís la pertenencia de algo que es ausente?
Tantas preguntas que no necesitan respuesta
Tanta amargura infundada
Tanto y tanto, siendo que somos tan poco. 

martes, 3 de enero de 2012

Comisuras


Un día más en su planeta, el surfeaba entre olas de rutina, caminaba esquivando sensaciones repetidas y faltas de sentido, era todo parte de un gran mecanismo automático, los días parecían tan iguales al anterior que a veces no se percataba si avanzaba en el tiempo o no.
Entre una pirueta de tinta y una caja de responsabilidades horarias se asomó ella, presumidamente tímida dando un primer paso en un universo incierto. El siguió con sus malabares sin prestar demasiada atención, no era razón para interrumpir su ruta de cada día, saludo cordialmente y acto seguido anoto al pie de una hoja: "enviar por correo mañana".
Nada cambió en ese momento, al menos él no lo notó, no podía imaginarse que un cielo encima suyo empezaba a tomar forma. Siempre mirando al frente se vio sorprendido por un intercambio dialéctico poco habitual, aquella niña tímida parecía pasearse con libertad desordenando un poco el orden metódico que el intentaba sostener.
Poco a poco ella fue sorteando un camino no transitado hace tiempo, él intentaba permanecer concentrado en su habitualidad, pero cada vez que miraba, la descubría escabullendose por entre los hilos de esa red de apatía que había construido como defensa. Ella sonrió, el no pudo hacer mas que devolverle la sonrisa, no supo porque, pensó que estaba loco, que debía haberse levantado con el pie izquierdo, analizó, se miro al espejo mental....no, no había nada raro, le había devuelto la sonrisa por pura inercia, la sonrisa de ella había provocado instantáneamente una reacción en su alma, lo había impulsado a sonreír.
Sus días se continuaron, se sucedían el la inmensa metrópolis, pero algo había cambiado para él, rastros de color se dibujaban sobre el blanco y negro. Una mañana despertó con una sensación extraña, un pensamiento tácito, un cosquilleo en...bueno no sabia bien donde cosquilleaba, pero parecían ser las ganas de algo, de verla....de verla? ahí se dio cuenta que estaba pensando en ella sin saberlo, pero cual era la razón? tenia que haber una razón, no se podía escapar a la lógica maquinal con la que funcionaba su mundo, no señor, tenía que haber una explicación para aquel asalto del pensamiento. Sacudió su cabeza y pensó que una lavada de cara era lo que necesitaba para volver a pensar claramente. Fue al baño, abrió la canilla, formo un cuando con sus palmas y junto el agua necesaria para darse ese pequeño chapuzón que despierta a todos del letargo de una noche de descanso. Después de empaparse el rostro se miro al espejo buscando la satisfacción de verse como siempre, sacado de la modorra y con la mirada ávida de otro día...pero lo que le devolvió el espejo frente a él no era lo que esperaba...estaba sonriendo? volvió a mojarse la cara, seguramente seguía dormido...pero no, estaba bien despierto y con un atisbo de sonrisa aun en sus labios.
Desayuno esa mañana, sentado mirando a la ventana, sin prestar atención a que el pronostico en el noticiero matutino anunciaba una tormenta, sus ojos se perdían en grises azules infinitos, sin ver, solo esa sonrisa que encontró en el espejo ocupaba su mente. Abrió su cuaderno y comenzó a garabatear esa rutina de cada día, y hasta parecía que era uno mas, hasta que de nuevo se encontró mirándola, ella saludo, el agito su mano timidamente, y después de seguirla con sus ojos la dejo perderse en la acera. Caminó velozmente hasta el bar, pidió el trago de siempre a la hora de siempre, charló de los temas habituales y como siempre dejó tres monedas de propina al salir, abrochó su campera y al abrir la puerta escucho el primer estruendo. El cielo anunciaba que hoy la tierra tendría agua una vez mas. Se maldijo a si mismo porque no recordaba haber visto un anuncio en el noticiero que lo advirtiera de aquel inconveniente. No tenia paraguas, su ropa se iba a mojar y el frio aire lo iba a enfermar. En todo esto pensaba mientras miraba el reloj y veía que llegaba justo a tiempo a la parada del bus que lo llevaría de vuelta a su refugio. Miro hacia los lados al cruzar la calle y sintió que una gota caprichosa rebotaba justo en su nariz, salpicando sus lentes. Se los quitó y procedió a secarlos cuando la lluvia cayó de repente sobre su cabeza, un hombre paso por su lado apurando el paso para no mojarse y sin querer lo empujo contra el poste de luz. Se quedó esperando las disculpas que nunca llegaron y mientras refunfuñaba vio el semáforo cambiar de color. También vio algo que lo alarmó aun mas. El bus estaba en la parada y el no podía alcanzarlo, intento cruzar, pero había demasiados autos circulando. Levantó su mano pero nada parecía poder detener aquel transporte egoísta que iba a dejarlo varado a la buena de dios bajo el diluvio. Cuando pudo cruzar ya era tarde, camino cansadamente hasta la parada, ahora vacía y gris, como el cielo oscuro que se empeñaba en dejar caer aquel liquido vital que hacia que su ropa pesara una tonelada. Esto no le había pasado nunca, estaba contrariado, no estaba siendo lo que era, su mundo estaba fuera de sincronización con él, todo por ese maldito pensamiento matutino, si, debió ser eso que lo retraso y lo ocupo mas de lo debido. Mió nuevamente su reloj, las agujas negras sobre el fondo blanco le contaban que faltaba un buen rato para que apareciera el próximo transporte, miró en lontananza por la avenida, pero todo era gris como siempre y hasta mas desolado por la lluvia. Sin embargo algo se coloreo a su lado, un reflejo rojo se coló por el lateral de sus lentes. Se giró perturbado y ahí se encontró con esa mirada...jamás confesaría, ni aun a su mas intimo relato, que se sintió invadido por un calor que se llevo todo el frío de la lluvia, jamas confesaría que sintió que su reloj se detenía, así como jamas en su vida podría volver a ver algo que igualara a aquellos ojos que se posaban en él, que lo miraban con una luz alegre. De repente comprendió todo, entendió que no había nada que entender, que la razón no sirve cuando un día de lluvia y frío que no esperabas, se transforma en el mas cálido y acogedor que pudieras soñar. En ese momento abandonó a la razón que lo regía, la dejo ahí esperando bajo la lluvia, mientras el no paraba de mirar esos ojos, de sentirse fuera del mundo, de sentirse como nunca antes, y ahí en ese momento, frente a ella, sonrió.-

Sebaz.-

martes, 15 de febrero de 2011

Mareo



No todas las noches están hechas para dormir, a veces decidimos cuales vivir despiertos, otras veces solo ocurre. Esta era una noche de esas en las que el sueño no llega a hacernos compañía.
Él sentado en su cama con la espalda en la fría pared y su mente perdida en laberintos de sinsabores y recuerdos agridulces. Fue esta la noche en la que decidió dejarla atrás. A pesar de que prometió estar siempre, simplemente hay promesas que no pueden perdurar en el tiempo, porque ya no somos los mismos, porque todo pasa, porque todo cambia y se dio cuenta que la verdad o la mentira solo son cuestiones temporales, nada es eterno, todo tiene un final. Hoy él eligió eligió ponerle el final a esta foto de la vida, miró y vio que lo que ayer lo ayudaba a respirar hoy le estaba quitando el aire. Estaba decidido a dejarla partir, a desprenderla de su corazón. Decidirlo fue el paso mas difícil, pero también el mas necesario. Miró hacia el techo, tan infinitamente conocido y le resulto muy carente de cielo, buscos en el fondo del paquete y sacó el ultimo cigarrillo, lo contempló como quien contempla la ultima pagina del libro que atrapo su tiempo, lo enredó y lo confundió. Encendió el frío vicio y supo que cada voluta de humo era una nota mas que se acercaba al final de la sinfonía, supo que cuando por fin apagara ese enemigo gris, se iría con su fuego todo aquello por lo que hoy permanecía despierto.
Recordó con lágrimas en sus ojos cuando tiempo atrás, y en medio de un final aparente, le confesó que un alejamiento no seria a media, que una vez decidido el partir, no volvería mas al mismo puerto y aunque al rato pareció arrepentido, hoy sabía que esas palabras le demostraban cuanto conocía su corazón, porque hoy terminará de alejarse, hoy partirá hacia el mar para nunca mas volver. No quería ni siquiera tener que recordar ese pasado agotado en el que por mas que tuviese momentos felices, tenia también ese tinte grisaseo que había nublado sus ganas de sentir.
Una pitada mas y rompió las cadenas que mantenían atados algunos recuerdos y alguna mirada que le había regalado ella una tarde de sol. Desató y arrojó al aire un te quiero que ya no tenia alas para sostenerse y cayó en el abismo del sin sentido. Fue dejando detrás la piel cansada de su desamor y su espíritu desganado, la despidió en su mente y le deseo buena suerte. Agradeció y maldijo haberla cruzado en el camino de la existencia, pero sin rencores ni odio, solo con la seguridad de que había llegado al fin el fin y que esto era lo mejor para su andar. Abrió los ojos a una nueva luz, buscó romper contra las paredes y abrirse camino a un nuevo mundo, esquivo las puñaladas al alma que le ofreció la canción que sonaba en el aire y se prometió sonreír. Miró a los ojos a la soledad y le hizo una mueca de burla como quien ya no le teme a su fantasma, al que por fin con la ultima pitada sepulto en la tierra húmeda. Volteó por ultima vez esperando que ella alguna vez entienda el vació que se acababa de formar entre ellos, pero al mismo tiempo comprendió que su entendimiento ya no era necesario, ya estaba a mucha distancia de la costa, ya se confundía con la bruma y se perdía mar adentro, lejos de lo que alguna vez había sido su faro.-


·Sebaz·

martes, 11 de mayo de 2010

Abre tus ojos

Sórdidos ecos que se escuchan al pasar, tras nubes de humo que flotan en el interior. Un tic tac remolón que se apura por no perderle pisada a los segundos que lo preceden. Es todo tan efímero a veces, todo parece medirse en tiempo que no es tiempo, que es lo que dura la ilusión, desde que te deslumbra hasta la epifanía que le cortará las alas.
Nada fue distinto esa vez para ella (o al menos eso esperaba), chocando una pared mas, esquivando columnas pero de narices contra ese muro de la realidad. Pero esta vez no sangró, dolió pero pudo ponerse en pie sin lamentarse mas de lo que debía, tal vez acostumbrada, tal vez resignada. Ella comprendía que él, que ese muro ya no estrujaba su corazón. Se asustó, temió estar perdiendo el sentido de sentir, ya no sentía que el pecho se le oprimía, ya no le costaba respirar el aire viciado. Pensó, re pensó y volvió a pensar....y se dio cuenta que pensar era lo único q estaba haciendo, que no estaba concluyendo sino sumando mas y mas cosas a esa cabeza que contra una fuerza centrifuga intentaba ordenarse. Se puso de pie, miro hacia el frente como se había propuesto hacerlo hace tiempo, y en el instante en que pretendía dar su primer paso...algo cambió en ella, y por fin levanto la vista al cielo. Se dio cuenta que estaba perdiendo mucho mas que cuando chocaba contra las paredes, por estar obstinada en continuar tratando de alcanzarlo había olvidado que los caminos no se hacen para pisarlos y nada mas, los caminos hay que vivirlos, hay que disfrutarlos, porque ayer ya paso y porque mañana ya es tarde. Es el ahora donde hay que vivir, es el ahora donde debía buscar eso que siempre quiso encontrar. Ya era de noche, hizo un alto en su camino, se tiro en el pasto frió para contemplar como las nubes se corrían gentilmente dándole paso a las estrellas mas luminosas que recordaba haber visto. Pensó en el, en como el le ofrecía esa luz de la que ella había quedado encantada, lo veía alejarse, mirarla, acercarse y cuando estaba a punto de abrazarlo...desaparecía, la miraba de lejos, le regalaba un reproche, una excusa mas...ella quedaba con los brazos al viento ofreciendo otro desabrigado desencuentro. Divago en las estrellas y despertó, seguía allí acostada al costado del camino y por fin comprendió que solo estaba viviendo una parte de su vida, viendo una sola linea del camino, entendió que aunque se sintiese extraña y alienada en ese lugar al que la vida y las oportunidades la había llevado, aun ahí había algo para llenarla, para sumar cosas que realmente necesitaba, para ampliar su visión, para correr el horizonte mil veces mas allá, para perseguir una utopía magna, la utopía de ser feliz. Ya amanecía, el cielo aclaraba, los primeros rayos iluminaron su rostro y una vez mas, tal como lo había hecho alguna vez, pudo sonreír mirando a su alrededor.-

·Sebaz·

viernes, 15 de enero de 2010

Volutas de Humo


[....Oh no, what's this? a spider web and Im caught in the middle..]

Un fantasma de mi propio ser
un espiritu de inquietud
un atisbo de incertidumbre
un ente que parece estar ahi sin estarlo
una realidad que me abruma
unos dias que no me ayudan a ser real
un divague por la mente
complicaciones terrenales
laberintos mentales que no me dejan descansar
utopias lejanas
el tiempo tirano que ayuda a la bruma a poblar las costas de mi mente
la inestabilidad del espiritu
el cansancio del ser
los deseos de encontrar una salida
de escapar del fantasma del otro yo
explosiones en la mente
daño colateral...

[...And oh, no I never meant to do you harm...]

·Sebaz·